Bien! aquí, por fin, traigo el primer capítulo de esta historia que estoy empezando. No es muy largo, pero mi cabeza no da para más, pero tampoco quería dejaros sin nada. En realidad, Ce me obligó y si no subo me mata (?) Aquí os lo dejo :3
Creo que debería empezar aclarando que esta historia no va
sobre vampiros. Lo digo porque la gente lee Transilvania y ya está pensando
¡oh, vampiros! ¿Dónde, dónde? Y no me gustaría que tuvierais una idea equivocada
de la historia desde el principio. Aunque tampoco reprocho nada, pues yo soy la
primera que piensa eso a pesar de ser mi propia historia.
No, esto es más de cosas espirituales y todo ese rollo que
tanto caga a la gente. Yo en realidad ya me he acostumbrado, por eso no me
sorprendo cuando veo alguno por ahí revoloteando como si nada. No son tan
desagradables, molestos y sinistros como parecen. Son personas, solo que no
están aquí del todo. Algo muy raro, pero yo sé de lo que hablo. Pero no es de
miedo, si no más bien… De algo extraño, eso seguro, pero no sabría definir
exactamente de que es. Tiene amor, misterio, y quizás a veces llegue a sentirte
algo cohibida, pero creo que de miedo no es, sobre todo porque, aunque yo lo
haya sentido, no es lo que pretendo hacer sentir al lector.
Pero bueno, dejémonos de palabrería y empecemos la historia.
Pasaron unos minutos hasta que llegamos a lo que sería mi,
nuestra nueva casa. Había que reconocer que no estaba mal, pues parecía nueva y
daba la sensación de que era muy grande, teniendo en cuenta de que tenía 3
pisos. Incluso podía asegurar que era una mansión, no había duda. De pequeña,
siempre quise vivir en un lugar como este y sentirme una pequeña princesa
dentro de su castillo, y ser rescatada por un príncipe. Un suspiro sale de mi
boca. Cuando crecí aprendí que eso no ocurriría, sobre todo lo del príncipe. Bajé
del coche y sentí como el viento gélido me golpeaba en el rostro. Me abracé a mí
misma con mis brazos y me dirigí hacia el maletero, de donde ya mis padres
estaban sacando las maletas.
- Toma tu maleta, Prue –me dijo mi padre. Podía
notar como le costaba coger las maletas, pues era algo rellenito y bajito, así
que le ayudé y cerré el maletero cuando ya estaban fuera todas.- Gracias, hija.
Negué con la cabeza con una pequeña sonrisa y tomé la mía. Seguí
a mis padres cuando estos comenzaron a caminar, y tomé todas mis maletas. Realmente
había traído muchas, pero amaba todas mis cosas y era incapaz de dejar que me
las trajera otra persona. Un poco refunfuñada, empecé a arrastrar algunas
bolsas para no ir tan cargada y las dejé dentro. Moví un poco la cadera,
adolorida, hasta que lo escuché. Aquel sonido que, a mi parecer, era sinónimo
de muerte. Un cuervo. Era solo uno, pero para mí era como si hubiera varios, y
todos venían a por mí. Por primera vez en muchos años, recordé aquello que
intenté olvidar desde el mismo momento en que lo presencié.
Fue… El graznido del cuervo me sacó de mi ensueño, y cuando
echó a volar un papel cayó justo delante mía. Miré hacia arriba, pero no vi
nada, ni nadie. Cogí, un poco temblorosa, el papel y le dí la vuelta. 2
palabras. 2 palabras y ya hicieron que todo mi cuerpo se viniera debajo de terror
absoluto. Arrugué el papel y me lo metí en el bolsillo de mi chaqueta, cogí mis
maletas y entré en la casa, cerrando la puerta tras de mí con mi pie, pegando un portazo.
Ya viene
¡Me muero! Adoro como escribes. ¡Lo que no adoro es que me dejes así! ¡Qué tensión! No tardes mucho esta vez en seguir ¿vale? ;)
ResponderEliminarLo intentaré la próxima vez ;3 Me alegra que te guste! <3
EliminarLottieee! Que ganaste un premio en mi blog :D Como era de esperar... A ver si eso te anima a escribir un poquillo más amiga mía ;)
ResponderEliminarhttp://luzyoscuridadennuestrointerior.blogspot.com.es/
Escribes fenomenal,y dejas con el hilo de la intriga, ve subiendo el siguiente capitulo que si no Ce te mata (?). Venga, sigue asi y sube el siguiente que estoy deseando de leerlo :D
ResponderEliminarGracias Irbis! Dentro de poco subiré un capítulo nuevo, siento el retraso :3
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